Hoy queremos compartir las publicaciones que han realizado algunos blogs acerca de nuestro masaje Bio-energético de Chakras. ¡Pincha en cada fotografía para acudir a la fuente de la noticia!
¡Hasta el siguiente post!
Los sacerdotes, maestros, expertos o consejeros de este archipiélago en mitad del Océano Pacífico, eran llamados “Kahunas”. No sólo los chamanes, brujos o curanderos recibían este título, también los navegantes experimentados o los artesanos fabricantes de canoas.
En ocasiones estas reuniones familiares eran presididas por un sacerdote kahuna. Otras veces, la persona más anciana se ocupaba de dirigir las sesiones.
Morrnah Simeona Nalamaku (1913-1992) fue reconocida como Iapa’au Kahuna (sanadora) y honrada por el Estado de Hawai como Tesoro Viviente en 1983. A ella le debemos la adaptación de esta costumbre familiar hacia lo que hoy reconocemos como Ho’ Oponopono: Un proceso de limpieza kármica individual basado en la asunción de la plena responsabilidad y el concepto de Auto Identidad.
Según Simeona, cada uno de nosotros es 100% responsable de todo lo que percibe. No se trata tan sólo de asumir la responsabilidad de lo que uno mismo hace o dice, ni siquiera de la forma o la manera en que uno interpreta los hechos aislados de un modo parcial o subjetivo. Todo lo que vemos, oímos, vivimos, sentimos o experimentamos, las cosas que ocurren, cada uno los hechos puntuales que determinan nuestra existencia y nuestro día a día, son, están o existen porque nosotros los hemos creado. De este modo, la realidad se constituye como una proyección conjunta de nuestras memorias y creencias colectivas.
Todos invitamos a entrar en nuestras vidas a aquello que deseamos. Entendiendo como deseos, nuestros caprichos y antojos, nuestras ilusiones, nuestros más profundos anhelos y aspiraciones, pero también la expresión de nuestros miedos o inseguridades, conscientes o subconscientes, presentes o pasados.
Simeona nos dice que debemos asumir la plena responsabilidad y limpiar las memorias universales a través de la oración. Sólo así vaciaremos nuestro subconsciente y nos trasmutaremos en seres de luz, encontrando a la Divinidad dentro de nosotros mismos.
“Lo siento mucho”, “Por favor perdóname”, “Te amo” y “Gracias” son las cuatro expresiones que fundamentan este proceso de sanación.
Con estas sencillas palabras, primero nos disculpamos por todo aquello que percibimos o que hemos invitado a entrar en nuestra realidad como otra cosa que no sea luz y Divinidad Y a continuación, nos reconciliamos con nosotros mismos y con todo lo que hemos creado, a través del amor y el agradecimiento.
El Dr. Ihaleakala Hew Len, discípulo de Simeona, ha perpetuado su legado a través de formaciones y conferencias en todo el mundo, llegando incluso a colaborar con ONU en varias ocasiones.
Su trabajo como Psicólogo de la unidad forense para criminales enfermos mentales en el Hospital Estatal de Hawai ha tenido un increíble resultado que no atiende a ningún otro precedente conocido. Se trata de un acontecimiento bien documentado del que podemos encontrar información fiel, precisa y de primera mano.
Antes de su llegada al Hospital, el personal enfermaba o dimitía. Era un lugar peligroso en el que los empleados o visitantes caminaban con la espalda pegada a la pared por miedo a ser atacados.
El Dr. Len firmó un acuerdo para tener una sala en el Hospital y revisar sus expedientes médicos. Durante cuatro años, nunca vio a los pacientes. Tan sólo se sentaba a leer y trataba de sanar la parte de si mismo que les había creado, a través de repetirse una y otra vez “I’m sorry, I love you”.
Al cabo de un tiempo, los enfermos que estaban atados recibían permiso para caminar libremente. Las fuertes medicaciones se aligeraban y algunos pacientes, sorprendentemente, recibían el alta médica. De igual modo, el absentismo laboral y la rotación de personal desaparecieron radicalmente. Hoy en día, aquel pabellón del hospital está finalmente cerrado.
Hoy queremos compartir con todos vosotros algunos de nuestros secretos mejor guardados.
Sabías que…
1. En las jardineras de nuestras instalaciones tenemos alrededor de una docena de tipos de plantas diferentes entre las que puedes encontrar Jazmín Estrellado, Red Robin, Hiedra Hélix, Madroños, Bambú, Palmeras o un majestuoso Arce Japonés.
2. La temperatura de las salas de tratamientos faciales, corporales o masajes se mantiene constante a 23 grados centígrados tanto en invierno como en verano.
3. La música que suena durante las sesiones es idéntica en la recepción y en las salas, e incluye sólo piezas instrumentales con predominio de arpa, flautas y piano.
4. El aroma que pulverizamos a diario es una mezcla de aceites esenciales en base de alcohol que vamos cambiando según la estación del año. De modo que en primavera huelas a pomelo, romero e ylang ylang, en verano a lavanda, limón y bálsamo de abeto, en otoño a mandarina, palma rosa y sándalo, y en invierno a incienso, angélica y elemí
5. La luz en las salas nos propone un viaje del frío al calor y de la claridad a lo tenue. Durante la entrevista previa, comienza con una luz “blanco puro” de alta potencia lumínica y un ángulo de apertura de 120 grados. Y finaliza con una temperatura de color “blanco cálido” de menor cantidad de lúmenes y ángulo indirecto, durante el baño de pies y el servicio propiamente dicho.
6. Las sábanas con las que se visten las camillas son de algodón 100% con una excelente calidad de hilo y trenzado de tipo popelín. Todo ello les confieren una agradable textura, ligera y transpirable, sin renunciar al confort de una inmejorable densidad por pulgada cuadrada.
7. Las toallas, también de algodón 100%, son de 550gr por metro cuadrado con un tacto afelpado, suave, cálido y acogedor.
Según la OMS (Organización Mundial de la Salud), el estrés participa del 85% de las patologías que conocemos.
El mecanismo del estrés es sumamente sencillo.
Existen una gran variedad de situaciones que incrementan nuestro nivel de estrés, pero su ciclo siempre es el mismo:
Estas tres hormonas en sangre (la adrenalina, la noradrenalina y el cortisol):
Como podéis observar resulta un engranaje fascinante y una herramienta sumamente útil para la supervivencia de la especie. Podríamos decir que gracias a la acción de la adrenalina, la noradrenalina y el cortisol, hemos perpetuado nuestra existencia a lo largo de los siglos.
Lamentablemente, para alcanzar ese estado de atención extraordinario el cuerpo necesita renunciar a otras funciones de vital importancia.
Al tiempo que el cortisol incrementa el nivel de glucosa en sangre y ayuda al metabolismo de las grasas, las proteínas y los hidratos, suprime temporalmente la función del sistema inmunitario en favor de la respuesta de huida.
Para que todos nos entendamos: Es como si echar a correr o defenderse de la inminente amenaza, fuese lo único que le importase al cuerpo en ese preciso instante.
Añadamos a esta ecuación otro dato significativo.
¿Sabíais que una vez que se suprime la acción del sistema inmune, cada uno de nosotros tiene en su propio cuerpo células patógenas y cancerosas, virus, bacterias y parásitos, como para colapsar nuestras funciones vitales en menos de 24 horas? Y eso sin contar con otros agentes desestabilizadores externos.
De modo que, con la acción interrumpida de esa primera línea de defensas gracias al cortisol en sangre y todos esos “bichitos” paseándose a sus anchas por nuestro cuerpo, lo menos que cabría esperar después de un cierto periodo de exposición continuada a una situación de estrés o a una amenaza, es que pillásemos un resfriado, nos reapareciese un herpes en el labio o nos doliese el estómago y no fuésemos con la misma regularidad al baño.
¿Qué ocurre si estamos expuestos a altos niveles de estrés, de riesgo o de amenaza durante largos periodos de tiempo, aunque sea de una forma intermitente? Todos me habéis oído decir que tenemos células patógenas y cancerosas ¿verdad? Pues bien, cuando ese estrés y el exceso de cortisol en sangre comienzan a formar parte de nuestro día a día, ya no estamos hablando de un resfriado o una gripe. Es entonces cuando la situación suele tornarse mucho más grave.
De todos modos. No nos extendamos en esto. Dejemos de prestarle tanta atención a la enfermedad y comencemos a hablar en términos de la salud y el bienestar.
En el próximo “Post” os tenemos preparada una sorpresa.
¿Qué relación existe entre Moda & Belleza y Salud & Bienestar?
Cuidarse está de moda.
Lo vemos a diario en las revistas, la prensa, los programas de televisión, los anuncios de publicidad, etc. Un porcentaje amplio de los famosos y celebrities más populares y reconocidos del planeta, disfrutan con frecuencia del ocio saludable. Los medios así lo constatan.
La MODA de lo “eco” y del “culto al cuerpo” es cada vez más evidente y todo parece indicar que continuará incrementando su atractivo con el paso del tiempo.
Lo sano es BELLO y lo BELLO es saludable.
Hay quien opina que la BELLEZA es algo superficial o superfluo, basado en las apariencias, frívolo y sin fundamento. Por lo que resulta innecesario y carente de una función en si misma.
No es cierto. Numerosos experimentos científicos han demostrado a lo largo de los últimos años, que la mera contemplación de lo BELLO refuerza nuestro sistema inmunitario, nos hace más felices, longevos y saludables.
Cuando el verbo no ofrece consuelo, el abrazo calma y reconforta.
Dónde la razón fracasa, el dolor y el placer se expresan a través del contacto físico.
El sexo, la lucha, el abrazo, la caricia, el beso o las cosquillas, no son sino locuciones del tacto.
El acercamiento, el roce, la aproximación, la fricción o el vínculo son el paso a paso que comparten la mayoría de estas expresiones. Sin embargo, cada una de ellas posee un carácter indiscutible, una identidad cargada de color y de matices, una personalidad singular y claramente diferenciada.
El vocabulario de la piel es amplio y generoso. Dolor, placer, frío, calor, presión son sólo algunos de los signos codificados.
Sin la percepción que nos proporciona este sentido, caminar se torna casi imposible. Incluso sostener los objetos o utilizar herramientas de cualquier tipo nos resultaría sumamente complicado.
Según sociólogos y antropólogos, la importancia del sentido háptico, y del sistema somatosensorial en general, ha sido tradicionalmente subestimada.
El discurso de la piel es requisito imprescindible para la supervivencia del individuo. La apreciación de las formas, las texturas y temperaturas es uno de sus argumentos más contundentes, pero no los únicos.
El tacto comunica más allá del lenguaje reglado.
A menudo la palabra pierde la batalla en el campo de las emociones pero la piel no admite medias verdades.
Al igual que cuando cerramos los ojos o apagamos la luz recurrimos al tacto para reconstruir la realidad que nos rodea, cuando la palabra falla, no complace o no convence, a menudo la piel toma el relevo y resuelve el conflicto de manera directa y concluyente.
Tacto y piel, te celebramos.