Poco a poco, la cosmética ha dejado de ser sólo cosa de mujeres y los hombres han cogido el relevo. Por ello, cada vez más, los tratamientos de belleza se han ido adaptando a sus necesidades: los más demandados son los antiedad, los antiestrés y aquellos matificantes. ¡Hoy descubrimos por qué!

Las características innatas del cutis del hombre aparecen descritas en su ADN y vienen determinadas en gran medida por la actividad hormonal. Por este motivo, la piel masculina presenta diferencias sustanciales respecto a la de la mujer y los cuidados estéticos deben adaptarse si queremos que resulten 100% efectivos: la piel es un órgano hormonodependiente y como tal sus cualidades y los cambios que va experimentando están sujetos al ritmo que marcan las hormonas en cada momento. La hormona clave en este caso es la testosterona, responsable de establecer la biología y morfología del tejido cutáneo masculino, otorgándole las particularidades siguientes:

• Mayor grosor: la piel del hombre es 25% más gruesa que la de la mujer, lo que se observa tanto en la dermis como en la epidermis, con un estrato córneo  más superficial y 32 capas de contacto directo con el exterior (a diferencia de las 10-20 con las que cuenta la mujer). Esto la convierte en más resistente y más densa, debido a una concentración mayor de colágeno.

• Más actividad sebácea: las glándulas sebáceas son más numerosas en el caso de los hombres y producen más grasa por la acción directa de la testosterona y los andrógenos. Esto la hace más resistente, pero como contrapartida ralentiza el proceso de renovación celular y hace que aumente la aparición de poros obstruidos y comedones, con mayor predisposición al acné y a las erupciones cutáneas.

• Mayor hidratación: el cutis del hombre goza de una concentración más elevada de líquidos en la película hidrolipídica, lo que hace que tenga un buen nivel de hidratación y una densidad óptima, pero esto no evita la sequedad ya que el ritmo de vida, la contaminación y el estrés hacen que estos niveles caigan en picado.

• Mayor concentración de vasos sanguíneos: el tejido cutáneo masculino presenta un índice elevado que tiende a concentrarse en la zona media del rostro y aumentar la microcirculación, haciendo que se incremente también el riesgo de enrojecimiento.

La conclusión que podemos sacar es que su piel reclama cuidados que la calmen, la reparen tras el afeitado, normalicen su producción sebácea y pongan freno al ritmo acelerado del envejecimiento. Las formulas de los cosméticos nos dan respuesta a esta demanda a través de bálsamos, cremas, lociones de fácil absorción y aromas neutros. Imprescindibles son los oligoelementos, los minerales, las vitaminas, el ácido hialurónico y los fito-activos, que cumplen perfectamente los objetivo. Ahora, ¡a incorporarlos a la rutina diaria!