Aunque aún nos acompaña el frío, la primavera está a la vuelta de la esquina y toca empezar a poner la piel a punto para pasar más tiempo al aire libre. Por eso, hoy te traemos un maravilloso cuidado extra para la piel: las ampollas faciales.

La función de las ampollas y los sérums es potenciar los efectos de las cremas y mejorar sus resultados. Se trata de concentrados ultra eficaces que atacan diferentes frentes y se utilizan según las necesidades de cada piel. ¿Cuál te conviene más?

• Ampollas: son un vitalizador de los tejidos muy poderoso que puede utilizarse en cara y cuello. Su efecto, inmediato, proporciona una piel suave, flexible y firme.

Aplicación: en primer lugar, limpiamos y secamos completamente nuestro rostro. Después, agitamos y rompemos la ampolla, vaciamos su contenido en la palma de la mano y con la yema de los dedos lo aplicamos en mentón, pómulos, frente y cuello con suaves golpecitos y realizando círculos hacia los laterales.

Tipos de ampollas: con vitamina C, de proteoglicanos, con acido glicólico, de efecto lifting, reparadores solares, regeneradores,…

• Sérums: son concentrados de componentes activos, con vitaminas y antioxidantes, que se aplican directamente con unos suaves toques para que le producto penetre. Se dejan actuar hasta su total absorción y a continuación se aplica la crema hidratante.

Aplicación: se recomienda utilizarlos tanto por la noche como por la mañana, o en ambos momentos. Los recomendados para la noche, generalmente son más reparadores.

Tipos de Sérums: hidratantes, nutritivos, ácidos, activadores celulares y antioxidantes, calmantes o antiinflamatorios.

No lo dudes: si tu piel necesita un plus, regálale uno de estos cuidados extra. ¡Hasta el siguiente post!