Mascarillas caseras para distintos tipos de piel

La semana pasada hablábamos sobre cómo limpiar la piel a fondo mediante exfoliaciones caseras. Hoy queremos presentaros otros tratamientos naturales, unas mascarillas que podemos elaborar con alimentos fáciles de conseguir.

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Existen muchos tipos de mascarillas con distintos objetivos: limpiar impurezas, darle firmeza a la piel, prevenir el envejecimiento, hidratar, estimular la circulación,… Elaborarlas es sencillo, ¡te lo contamos todo!

  • Mascarilla exfoliante: para elaborar esta mascarilla necesitaremos una cucharada sopera de miel y dos almendras. Primero trituraremos las almendras con un mortero de madera, hasta que quede un polvo fino, y acto seguido las mezclaremos con la miel, añadiendo por último unas gotas de zumo de limón en la mezcla. La dejaremos reposar durante 5 minutos, removeremos nuevamente y aplicaremos la mascarilla sobre el rostro dando masajes circulares con la yema de los dedos. Después de un minuto, nos lavaremos la cara con agua tibia.
  • Mascarilla hidratante: para llevar a cabo esta mascarilla necesitaremos un pepino. Primero, cortaremos dos rodajas del mismo para ponerlas en los ojos; el resto lo trituraremos muy bien hasta formar un puré o una pasta grumosa. A esta masa se le agregarán unas gotas de leche, que se mezclarán bien antes de aplicar la mascarilla en el rostro y poner las dos rodajas en los ojos. Esperaremos quince minutos y lavaremos el rostro con agua fría.

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  • Mascarilla antiarrugas: si queremos conseguir un efecto antiaging en casa podemos utilizar la clara de un huevo y dos cucharadas soperas de miel. Para empezar, removeremos la clara en un tazón hasta formar una espuma; luego añadiremos la miel y una cucharada de zumo de limón, y mezclaremos todo bien. Aplicaremos la mascarilla en todo el rostro masajeándolo suavemente, y poco a poco iremos notando cómo la piel se estira. Dejaremos que la mezcla actúe durante veinte minutos y lavaremos nuestro rostro con agua tibia.
  • Mascarilla para piel grasa: para hacerla necesitaremos únicamente un tomate, que picaremos por la mitad y al que cortaremos ligeramente los bordes para que la sensación al pasarlo sobre la piel no sea desagradable. Masajearemos con el tomate todo el rostro, sin quitar las semillas, lo que tendrá un efecto hidratante, exfoliante y tensor. Lo dejaremos actuar durante quince minutos y retiraremos los restos con agua tibia.

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  • Mascarilla estimulante: las fresas son las mejores aliadas de la piel reseca y sin vida, por lo que, para elaborar esta mascarilla, trituraremos algunas y las mezclaremos con miel. Esparciremos la mezcla sobre la cara y la dejaremos actuar durante veinte minutos, para acabar retirándola con agua fría.

Recomendamos aplicar estas mascarillas antes de ir a dormir los fines de semana, ya que solemos disponer de más tiempo. ¡Esperamos que te sean útiles y empieces el año con buena cara! Hasta el siguiente post.

Cómo hacer una exfoliación natural en casa

En el post de la semana que viene hablaremos de mascarillas caseras; pero, antes de pasar a cualquier tratamiento intensivo, es importante realizar una exfoliación adaptada a nuestro tipo de piel con el fin de eliminar las células muertas y dejar la epidermis lista para absorber los activos.

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Es mejor realizar la exfoliación por la noche, antes de irnos a dormir. Para crear el compuesto podemos emplear sales marinas y, según el tipo de piel, añadir un aceite u otro:

  • Piel grasa: aceite de sésamo, una gota de aceite esencial, una gota de árbol de té y una gota de niaouli
  • Piel sensible: aceite vegetal de caléndula o lavanda y una gota de aceite esencial de verbena
  • Piel seca o deshidratada: aceite de germen de trigo y una cucharada de aceite de almendras, más dos gotas de aceite esencial de rosa
  • Piel con manchas: aceite vegetal y unas gotas de aceite esencial de limón

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Para hacer la mezcla, lo juntaremos todo en un bol y extenderemos el preparado con un pincel por la cara y el cuello. Masajearemos suavemente con movimientos circulares, utilizando  nuestros dedos humedecidos en agua tibia, dejaremos actuar 5 minutos y luego retiraremos con agua tibia. Puede producirse un poco de hiperemia (aumento del flujo sanguíneo) en la piel, por eso, dependiendo de nuestra piel, insistiremos más o menos.

¡Pruébalo! La semana que viene seguiremos con más tratamientos faciales caseros. ¡Hasta entonces!

Oda a la avena

La avena es uno de los cereales más consumidos del mundo, tanto por sus cualidades nutritivas como por las energéticas, y ha sido base de la alimentación de pueblos y civilizaciones durante muchos años.

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Además de ser un gran aliado para nuestra salud, la avena es utilizada en cosmética por su poder de exfoliación, que ayuda a regenerar y aportar nutrientes a la piel. Hoy queremos explicarte cómo elaborar tus propios exfoliantes y mascarillas con avena. ¡Apunta!

La exfoliación es un tratamiento muy sencillo y necesario para nuestra piel, ya que ayuda  a eliminar las células muertas acumuladas, dando como resultado un rostro más liso y terso. Además, aporta vida a la piel, haciendo que se vea en mejor estado y más saludable, al tiempo que permite que nuestros poros se cierren y luzcan mucho mejor. Importante: no debemos abusar, podríamos resecar nuestro rostro, lo ideal es exfoliar una vez a la semana.

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  • Para piel seca: mezclaremos 3 cucharadas de avena en copos con 1/4 de taza de leche. Permitiremos que los copos se hidraten en el líquido durante 10 minutos: el resultado debe ser una capa con cierto espesor, que aplicaremos  con suaves movimientos circulares y siempre hacia arriba, masajeando mientras estimulamos la circulación. Dejaremos actuar 15 minutos y luego retiraremos con agua fría para favorecer el cierre de los poros.
  • Para piel grasa: mezclaremos 3 cucharadas de avena y, en vez de leche, 1/4 de taza de agua. Los resultados serán los mismos, con la diferencia de que no aumentaremos la producción de grasa en el cutis.
  • Para piel maduras: mezclaremos 4 cucharadas de avena con 1/3 de agua caliente (asegurándonos de que no queme la piel) y permitiremos que los copos absorban un poco el líquido durante algunos minutos. Luego añadiremos 2 cucharadas de yogur natural, 2 de miel y una clara de huevo. Aplicaremos esta mezcla y la dejaremos 15 minutos. Después, retiraremos con agua fría, lo que dejará la piel suave, hidratada, nutrida y con un efecto de lifting muy rejuvenecedor.

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Otra alternativa para nutrir la piel de la cara es mezclar 3 cucharadas de avena, 1 de azúcar, 2 de miel y el zumo de media naranja. El resultado dará a la piel una exfoliación intensa, vida, brillo y nutrición, con una buena dosis de vitamina C proveniente de la naranja.

¡Viva la avena! ¡Feliz verano!

Mejora tu piel con semillas de chía

Los remedios naturales son el mejor aliado para combatir los efectos nocivos de la contaminación medioambiental, la  edad y el estrés. Hoy queremos hablar de la chía, una planta con increíbles propiedades sobre la piel. ¿Todavía no la conoces?

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Las semillas de chía regeneran la piel, alisan las líneas finas y suavizan gracias a su alto contenido en Omega 3. Además, sus beneficios son inmediatos, acumulativos y se absorben rápidamente. ¡Aquí tienes algunas ideas que puedes poner en práctica en casa!

  • Aplicación en aceite: directamente sobre la piel limpia o mezclado con nuestra crema favorita para una hidratación extra.
  • Aplicación directa de semillas de chía: dejamos una cucharada de semillas en remojo durante cuatro o cinco horas; después, hervimos el agua con las semillas y, tras dejarlas enfriar un rato, las colocamos sobre la piel ligeramente húmedas. ¡Es importante remojar las semillas antes de manipularlas!
  • Mascarilla para una piel sedosa: trituramos un aguacate y le añadimos cinco cucharadas de semillas de chía remojadas; mezclamos hasta obtener una mezcla homogénea.

Después, le añadimos 3 gotas de aceite de lavanda y 6 gotas de jugo de limón. Aplicamos la mascarilla masajeando suavemente la piel y la dejamos durante unos veinte minutos. ¡Piel suave al instante!

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  • Mascarilla para una piel mate: mezclamos dos cucharadas de semillas de chía (remojadas) con una cucharada de miel y una cucharada de crema de leche. La crema de leche puede tener distinta consistencia dependiendo del porcentaje de grasa que contenga, así que tenemos que dosificar las proporciones al ojo, hasta conseguir una masa espesa.

Esta mascarilla tiene un efecto relajante sobre los músculos, que si se mantienen tensos durante el día pueden causar arrugas profundas a la larga: la miel actúa como una especie de sauna quitando esa tensión y alisando la piel. Para que haga efecto, aplicamos la mascarilla sobre la piel del rostro, escote y cuello durante 20 minutos y enjuagamos con agua tibia.

Como ves, las semillas de chía tienen muchos usos, y todos saludables. ¡Pruébalas! Hasta el siguiente post.