Combatiendo los signos de la edad y la fatiga

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Todos somos diferentes. Nuestros hábitos, nuestra genética y nuestras rutinas diarias, hacen de cada uno de nosotros personas únicas y excepcionales. Por lo tanto, es de esperar que las características de nuestra piel varíen mucho entre unos a otros. Factores externos como la polución, los tóxicos medioambientales o la incidencia del sol, por poner algunos ejemplos, también influyen de manera significativa en el aspecto de nuestra piel.

A partir de los 30 años, nuestra piel comienza a mostrar los primeros síntomas de envejecimiento. A medida que maduramos, aparecen unas finas arrugas, el porcentaje de colágeno y elastina desciende y nuestra piel se vuelve mucho más delicada.

Al cruzar la barrera de los 35, empiezan a formarse las arrugas más profundas alrededor de la boca y los ojos. La piel se reseca y adquiere una cierta apariencia de fatiga, debido a la aparición de las bolsas en el contorno inferior de los ojos.

Existen multitud de tratamientos sumamente eficaces.

Entre los conflictos más comunes que presentan las pieles maduras, nos preocupan especialmente: la pérdida de densidad en la piel,  las arrugas,  la falta de definición en el óvalo facial,  las bolsas en los ojos, la flacidez general o las manchas de pigmentación.

 

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En Love In Care somos conscientes de lo que cuesta sacar un poco de tiempo para dedicárselo al cuidado de uno mismo. Sin embargo, queremos animaros a incorporar un par de rutinas muy breves y ligeras que os ayudarán a combatir la huella del tiempo en vuestro rostro:

1. Antes de aplicar la crema es importante utilizar un serum para potenciar sus efectos. Se realiza con suaves toques en barbilla, pómulos, aletas de nariz y frente.

2. Aplicar la crema siempre en dirección opuesta a las arrugas, ascendiendo hacia arriba sin presión  mediante un contacto ligero.

3. En el área la frente, desliza los dedos desde la mitad hacia las sienes.

4. Reparte la crema en la zona del cuello con movimientos ascendentes para favorecer la absorción y estimular el riego sanguíneo.

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