Los medios de comunicación nos ofrecen la posibilidad de estar en contacto con otras personas, de no perder el contacto con nuestros seres queridos. ¿Una relación de “contacto” a través de kilómetros de cable o una fibra óptica?
Hace algún tiempo, una conocida compañía telefónica de ámbito internacional nos decía “Lo importante es poder hablar”. Yo no estoy de acuerdo. El verbo y la palabra están sobre estimados.
La comunicación no verbal es más honesta y está cargada de matices.
Es curioso como cada vez resulta más fácil localizarnos y sin embargo nos sentimos gradualmente más aislados y nos volvemos progresivamente más intocables.
Las redes sociales son a la comunicación como el Fast food a la alimentación.
Estudios recientes señalan que, en términos generales entre usuarios de redes sociales, el número de amigos virtuales es directamente proporcional al grado de soledad que se padece.
A pesar de coincidir en que la tecnología no siempre es sinónimo de contacto, hoy en día es más común chatear por WhatsApp que bajarse a la plaza o a un parque a charlar con los amigos.
Incluso a través de una experiencia audiovisual de gran calidad, por medio de Skype o de una vídeo llamada, uno no puede evitar sentirse mínimamente defraudado ante la imposibilidad de abrazar o besar a la otra persona en el momento de la despedida.
Desde aquí, os animamos a reconducir vuestro tiempo libre hacia otras experiencias más reconfortantes y acogedoras.
¿Recordáis el último masaje que regalasteis o que os regalaron?
Un poco menos de Facebook. Más Face to face. More hands on.